sábado, 6 de abril de 2013

Poesía a Ntra. Sra. de la Piedad

Piedad del Calvario 

La primera vez
que vi a aquella Reina,
aquella lucía su manto
por las antiguas calles de Jerez,
aquella caminaba en soledad.
 
Era Ella,
la Reina de Jerez,
solo Ella podía dorar mi alma,
solo Ella podía caminar por mi mente.

Era un día frío,
frío como sus lágrimas de cristal,
frío como la tristeza que inundaba
su alma,
pero aún así,
Ella estaba ahí,
con su rostro pálido de sufrimiento,
con su corazón roto. 


Y hoy,
hoy cuando la veo en el altar,
mis lágrimas caen lentamente,
mi desgarrado corazón se refugia en Ella,
mi mente desaparece del mundo,
mi alma muere en sus manos desgastadas
por el tiempo. 


Cada vez que pienso en Ella,
recuerdo a su hijo Jesús,
aquel que andaba junto a una cruz,
una cruz de madera ensangrentada
por sus venas. 


Aquella Virgen,
aquella Reina,
aquella Madre mía,
es Ella,
con bello nombre, 
la Eeina de la Tierra, 
Piedad. 

Autora: Sara Offerral Vázquez
Año de la Fe


Foto de Alejandro J. Martínez

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